Y bueno, hoy en día se ha convertido en una necesidad abrir una cuenta en el banco. Si quieres comprar una casa necesitas un crédito, ¿que compruebas con qué? ¡Con una cuenta bancaria! Quieres salir de viaje al extranjero y te solicitan que compruebes que no te vas a quedar allá, ¿lo compruebas con qué? ¡Una tarjeta de crédito! ...Y la historia no termina. En algún punto de nuestras vidas nos veremos obligados a hacer trámites bancarios.
Y yo, que prefiero andar por la vida como un cronopio, ODIO tener que pisar esos edificios donde te dan un númerito y tienes que esperar a que te atiendan. Algún atajo, producto de la era electrónica, debe haber; entonces, obtengo mi virtualizada personalidad bancaria: un número de 8 dígitos que no deben repetirse y que es reafirmado por un aparatito que te produce OTRA clave de 8 dígitos, digo, por aquello de la "seguridad" y los fraudes.
Cuando al fin ingreso a mi cuenta a través de mi computadora encuentro que el banco me ha quitado dinero por manejo de cuenta, me retiene otra suma de dinero porque ellos no se pueden quedar en ceros y me piden sacar otro "password alfanumérico" para poder hacer ciertos trámites. Después de varios intentos por lograr validar el dichoso password, y de que me pidieran cambiar mi numerito de 8 dígitos por lo menos unas 4 veces, viene lo inevitable: un mensaje que me dice que se ha terminado mi "sesión segura". Ya no puedo regresar a mi cuenta, no pude hacer ningún depósito y no sé si mi clave de 8 dígitos es válida porque se me cerró la sesión.
Así es la evolución, muy muy complicada.
Ya respiré. Gracias por leer.