El ciudadano gris se acerca a mí haciendo gala de sus más grises comentarios con el típico sonsonete de su voz y me regala un gesto que tiene un dejo de sonrisa o de gruñido. Yo que soy amarilla o roja o anaranjada o todos esos colores juntos, levanto las comisuras de la boca junto con ambas cejas y le enseño los dientes contenta.
El ciudadano gris me observa con sus indiferentes ojos y en silencio. Finalmente se voltea y se olvida de mí, como es su costumbre hacer con todos los que se encuentra.
¡Fiuu! Pienso alivida. ¡Sobreviví al ciudadano gris! Pero conmigo vivirá el monocromático recuerdo de este breve encuentro, como una gris sombra posada en mi memoria.
Dedicada a todos los entes grises que,
por su simple estancia en este mundo,
dejan que los demás luzcan su brillo.
por su simple estancia en este mundo,
dejan que los demás luzcan su brillo.
Efectivamente, haz caído en un ambiente más que gris, y aún así te admiro la cordura que guardas, pues yo caí en la locura total y mírame. Es cierto que cuando las palabras son buenas, no necesitan mucha explicación.
Penosa es la burocracia a la cual colocamos unas gotitas de monotonía y listo montones de personajes negros deslavado y desgastado por sus propias ideas, y peor es la soberbia que les impide darse cuenta que son PATETICOS, navegando con la bandera de "estoy en onda".
Y me podría explayar y colocar una serie de pensamientos negativos sobre ellos, pero prefiero debatir con a una babosa (animalejos parecidos a los caracoles), por que ellos no están en "onda" y son mas auténticos.