Y es que todos tenemos la capacidad de sentir la felicidad, el amor, el odio... ¿pero cómo se ven por sí mismas?
Me imagino sentada en un concierto escuchando las Cuatro Estaciones, ¿pasaré de a poco de los verdes a los grises a los marrones a los azules y plateados?
Cada que digo mi nombre, ¿de qué color se llena el aire?
Esta palabra me ha recordado que cuando tenía unos 28, tuve la oportunidad de probar el LSD, ahí se abrió la "barrera" y sonidos colores y formas se mezclaban ante mis ojos de manera extraordinaria, nunca olvidaré la grandeza del color azul del cielo.
Una experiencia que decidí no repetir nunca más, porque la sensación me duró por más de un año... me parecía que vivía fuera de la realidad, más sin embargo agradable, tal vez la experiencia manifiesta de los Beattles, en su famosa película "Yellow Submarine" gracias a las crayolas de añita lo recordé y al investigarlo me abrió la posibilidad de que todos lo traemos, pues al parecer el 1% de la población lo tiene de manera cotidiana, y es gente de un coeficiente mental alto, sin tomar en cuenta a la población autista por supuesto solo que hay que entrenarlo.